miércoles, 26 de agosto de 2009

Dìptico

I.
1. Te perdono que me hayas engañado haciendome creer que me traías a tu casa para algo diferente.
Porque en realidad no me engañaste sino que me engañe a mí mismo.
2. Te perdono que me dejes con mis infinitas ganas de hacerte el amor.
Porque son mías, y no tuyas, además probablemente no sea de tu agrado.
3. Te perdono que no confies en mi.
De hecho, yo tampoco lo haría.
4. Te perdono el terror de tu rostro frente a mi voz diciéndote que te amo.
No era el momento adecuado. Nunca es el momento adecuado.
5. Te perdono que mi conciencia me haya abandonado.
Era una promesa, debía cumplirla.
6. Te perdono que al despertar no hayas sabido explicarme porqué estaba atado de pies y manos.
Quizás la culpa sea mía por no saber entender.
7. Te perdono que me hayas amordazado.
A veces no se guardar silencio.
8. Te perdono que me hayas golpeado.
Es más, lo disfruté.
9. Te perdono el dolor infinito de tu tortura con fuego, hielo y acero.
El dolor nos hace sabios.
10. Te perdono los días sin beber ni comer.
Mi temple ahora te lo debo a ti.
11. Te perdono que me hayas matado al final.
Diría que incluso, te lo agradezco.
12. Pero no te perdono, ni te perdonaré jamás que me hayas visto llorar.
Eso sí es de mal gusto.



II.
1. Te perdono que creyeras que venías a mi casa a algo diferente.
Porque en realidad no lo creías.
2. Te perdono que quieras hacerme el amor.
Porque eso jamás ocurrirá y eso es castigo suficiente.
3. Te perdono el no poder confiar en ti.
Porque yo tampoco soy capaz de ganar tu confianza.
4. Te perdono que me hayas dicho que me amas.
Me asusté, pero en el fondo ya lo sabía, y además probablemente no sea verdad.
5. Te perdono que me hayas obligado a narcotizarte.
Porque no es tu culpa que el alcohol no sea suficiente.
6. Te perdono que no sepas entender porqué te hago esto.
Es culpa mía, no sé expresarme.
7. Te perdono tantas preguntas, tantas respuestas.
Es natural, siempre quieres saber.
8. Te perdono que hayas disfrutado mi golpiza.
Si fuese al revés, también lo disfrutaría.
9. Te perdono los gritos ahogados mientras te torturé.
Por lo menos no te desmayaste.
10. Te perdono que no hayas deseado comer ni beber.
Quizas no tenías ni hambre ni sed.
11. Te perdono que hayas muerto antes de sentirme satisfecha.
Diría que incluso, te lo agradezco.
12. Pero no te perdono ni te perdonaré jamás que hayas llorado frente a mí.
Eso sí es de mal gusto.

No hay comentarios: