martes, 2 de noviembre de 2010

Te interpreto

Si guardo tu rostro de los vendavales es para protegerme a mí mismo.

Una voz aullando en medio de un coro de solistas.

El silencio no es mueca.

Y la sonrisa no se contagia como el bostezo.

La mueca de una sonrisa aullante es voz que rompe el silencio de un bostezo.

Si se imita, te protejo para protegerme a mí mismo.

Y si queda algo para guardar, que sea un vendaval.

Tu rostro es un coro de solistas.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Parentesis

Preso de una inmovilidad asfixiante, queda apenas un rastro de inercia a punto de ser vencida, momentum rígido y peso muerto, un par de horas para el sosiego, disfruté cada segundo hasta hace media hora atrás, en un lapso de frío y de lluvias que jamás terminaron en diluvios.

En medio de otro amanecer irrespirable, me doy cuenta que solo fui sed, un pedazo de tierra seca e infértil, esterilizada por las sales del fracaso y ni el estiércol de unas huérfanas letras y espacios rompería la roca en su aridez. Roca sólida que no sirve ni siquiera como sepulcro.

No me queda otra brisa en la tarde, o un poco de fe o de miedo para retener el aliento, ni siquiera un silencio para guardar.

Si ya no hay nada cerca, el horizonte es un espacio infinito.

En el vacío no hay distancias.