miércoles, 8 de septiembre de 2010

Dueto

Sí, quisiera ser más que una tarjeta gris en un mazo de colores, quitándome así la facilidad con la que el miedo proyecta sus sombras sobre mí.

“Pedazos esparcidos en las paredes del túnel, esfínteres volcados, derramados, sobre el piso de asfalto, chirriando grasas y jugos humanos…”

Para apagar por cinco segundos las luces, inyectándome los residuos tóxicos de una espantosa resaca, en las venas.

“…y las moscas posándose sobre esa tibia sábana de nylon…”

Sin tocar siquiera con el aliento la cobertura áspera de las cicatrices

“…sin tocar siquiera con el aliento la cobertura áspera de las cicatrices…”

vuelvo a soñar el espanto si abro los ojos.

“…manteniendo el resuello, entibia la boca o enfría el aire a tu alrededor. Mantén el resuello…”

Esa terca fe pesa más que diez mundos.

Desde lejos

Te veo de pie junto al mirador, fumando. Vistes ligero para el frío que hace, aunque el invierno ya se ha ido. Cargas una mochila que imagino tiene solo lo necesario, más cigarrillos, nunca son suficientes, un par de botellas, quizás un chaleco. Miras el cielo rojizo mientras la luz va envolviéndote, suspiras y miras tus pies, pareces cansado.
De pronto alguien llega, no se quien es. Te saluda con un abrazo. Alcanzo a notar que hay una cierta distancia entres ustedes, como si nunca antes se hubiesen visto. Pero parecen conocerse muy bien.
-No pensé que fuese así-dice él.
-Yo creo que no esperabas que cumpliese mi palabra.
-No lo se, no creo en palabras ni juramentos. No en eso por cierto. Pero imaginaba otra cosa, quizás.
Escribiendo quizás. Escribiendo a propósito algo que sabes será inconcluso, anticipando una abrupta interrupción. En medio de una frase, en medio de una palabra, repitiendo la misma letra infinitamente.
-Podría ser así aun.
-Claro, se supone que vienes a despedirte. Y las despedidas no tienen medida aún.
-Tienen medida, pero las desconoces.
-No incierta, sino desconocida. Me parece bien.
Te apoyas en la baranda y miras con ansias hacia abajo. Quizás buscas algo con la mirada, quizás buscas a alguien con la mirada. Quizás solo mides el vacío. Quizás calculas si los segundos alcanzaran para pronunciar mi nombre. Quizás simplemente le ocultas tu temor.
-Sería un solo golpe, me imagino.
-Bebamos, yo creo que eso te ayudará.
-Ya no puedo beber sin llorar.
-¿O no puedes llorar sin beber?
Yo lloro y bebo por ti, a tu salud mientras te espero.
-Quizás más allá solo hay vacío.
-La pregunta es si acá quizás hay de lo mismo.
Buscas con tu mano algo colgando en tu cuello. Lo encuentras. Lo aprietas con firmeza. Siento otra vez tu piel acariciándome.
-¿Qué vas a decir de mi?
-Que te fuiste a dar un paseo, dejando una frase a medio decir.
-¿Cuál?