miércoles, 8 de septiembre de 2010

Dueto

Sí, quisiera ser más que una tarjeta gris en un mazo de colores, quitándome así la facilidad con la que el miedo proyecta sus sombras sobre mí.

“Pedazos esparcidos en las paredes del túnel, esfínteres volcados, derramados, sobre el piso de asfalto, chirriando grasas y jugos humanos…”

Para apagar por cinco segundos las luces, inyectándome los residuos tóxicos de una espantosa resaca, en las venas.

“…y las moscas posándose sobre esa tibia sábana de nylon…”

Sin tocar siquiera con el aliento la cobertura áspera de las cicatrices

“…sin tocar siquiera con el aliento la cobertura áspera de las cicatrices…”

vuelvo a soñar el espanto si abro los ojos.

“…manteniendo el resuello, entibia la boca o enfría el aire a tu alrededor. Mantén el resuello…”

Esa terca fe pesa más que diez mundos.

1 comentario:

Andrés Ibáñez Carrillo dijo...

Me agrada, me agrada.
Interesante la idea de unir dos textos "distintos" en uno sólo que, a primera vista, no tiene coherencia.
De todos modos, sólo al advertir la idea de la dualidad, el texto en sí toma su forma definitiva, dejando ver que ambos, en vez de ser independientes entre sí, están íntimamente ligados (uno puede ser la suceción o la respuesta del otro). Y es que así son las cosas en la vida, ¿no? Todas ligadas con todas, aun cuando para los sentidos inexpertos esto no sea evidente.