viernes, 4 de septiembre de 2009

Eufemismos

Por un crímen que no cometí, pero quise cometer, claro, la intención es lo que vale, por eso me encerraron. El mejor abogado que la indigencia podía pagar, alegó demencia, infeliz.
Y aquí entre digna compañía se me ocurre que quiero confesarme, pero lo más parecido a un cura, es un esquizofrénico que comulga con círculos de papel untados con su saliva, y vamos, son excusas nada más, no necesito demostrar que el asco que la situación me da es prueba suficiente de mi lucidez. Mantendré mis pecados lejos de sus fluidos.
Una anciana me interrumpe cuando intento justificarme, celebrando todos los días su cumpleaños. Actualmente tiene 1678 años cumplidos y dice ser, con orgullo, la persona más longeva de la Tierra. Le creo, un millón de arrugas son prueba suficiente.
Estoy harto de mis vecinos, de mis colegas, aquí, sólo, y sólo porque el resto está efectivamente demente, no hay nada que hacer excepto soportar estoicamente sus desvaríos.
Uno que se da brutalmente cabezasos contra la pared, ahondando su propia estupidez. Insólito. Le pedi que se detuviera y me agarro la cabeza con ambas manos, gritándome furioso: ¡Ignórame! De remate, un beso en mi frente con la suya propia. Quizás por eso me siento cada día mas imbécil.
Cruel compañía, tarde o temprano me confundirán con ellos.
Y ahí va otro, que sodomiza noche a noche a un loco diferente. Que no se atreva. Quizás esa locura enfermiza se transmita con el sexo.
Y por acá esta mujer que me implora que le ayude a huir, presa de los celos (qué afán ese de encubrir sus temores, esta curiosa gente), y allá afuera consagrar su impotencia con un ritual de muerte. Aquí está el cuchillo, hermana, adelante, o mejor aún, líbrame antes también a mí de este plato amargo que debo ingerir día a día. Qué poco elegante, es la respuesta.
Y pensar que antes fumaba despreocupado, acá por un cigarillo podría conseguir hasta un fellatio. Imagine eso, ¡por un cigarrillo!
Al final, lo que tenía que decir lo voy olvidando, poco a poco. Cuando salga de este infirno ya no seré libre.

No hay comentarios: