miércoles, 1 de agosto de 2012

Espejo

No le temo a la oscuridad, sino a la luz tenue que dibuja penumbras.
Por eso mi verdugo es mudo.
Aunque las estridencias llenan mi retina de manchas de colores que no se interpretar.
Pero tus susurros son fulgores que acarician mi paladar.
No soy preguntas, ni siquiera respuestas.
No hay comillas en mis gestos. Tampoco en mis recuerdos.
Aun así me intimida tu secreto.
Y si tu voz no me inspira ni tus formas, ni tus rostros.
Cada palabra dicha es mía, aunque lo niego.

1 comentario:

clau dijo...

me gusto :)

saludos espero verte luego.