miércoles, 9 de marzo de 2011

Como un reloj

Despierto con los ojos cerrados.
Percibo la terquedad inquieta de una roca sumergida a medias en la tierra.
Recojo los perfumes del agua pura.
Me alimento de los seres invisibles que respiro.
Oigo la voz silenciosa de los vientos marginales.
Dormito entre las mareas y el cielo ardiente.
Recojo la sal residual de frutas y mieles.
Bebo el dolor principiante de los árboles.
Me desnudo si deja de mirarme la noche.
Lavo mi cuerpo entre las espigas y la hoz.
Seco lo que queda con la luz de las estrellas.
Duermo con los ojos abiertos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hasta cuando durara la mala onda?